lunes, 2 de abril de 2012

DIOS NOS REGALÓ ...¡¡¡ UN AUTO !!!

En el curso del año 2010, hicimos esta invitación a nuestros lectores: 

Sucede que estamos en una de las ciudades más grandes del mundo, y contar con un vehículo de uso particular resulta imperativo.
Nos hace falta un automóvil nuevo o en muy buen estado (es decir, que no sea necesario invertirle $ para su buen funcionamiento).
Estamos en el proceso de establecernos como Asociación Civil bajo las leyes de nuestro país pero mientras no hayamos completado este proceso no podríamos ofrecer un recibo de donativo... así que sería un regalo.
Entonces, si el Señor pone en tu corazón bendecirnos con un auto, por favor házle caso y contáctanos. De antemano te lo agradecemos.

Ahora, entérate cómo Dios nos proveyó de ¡¡¡Un Auto!!!



En el curso de año 2010, Dios me desafió a "sembrar" mi único auto en el ministerio de un siervo suyo, y obedecí. Era un V.W. Pointer 2001, que también podrás ver referido en otro de los =HECHOS DE DIOS= y lo "sembré" en el ministerio de mi hijo menor: David, quien junto con su esposa, ya estaba esperando su primer bebé por ese tiempo, y quien días antes había clamado al Señor por un auto, dado que el que tenía ya era de modelo muy atrasado y presentaba un serio deterioro. Cosa que yo supe hasta el momento de obedecer al Señor y entregarle las llaves de mi auto.

El lunes 28 de Marzo del año 2011 por la tarde, una de mis hermanas, la menor de ellas, me llamó por teléfono para decirme que la otra, con motivo de mi cumpleaños # 59, había dejado "un regalo" en su oficina para mí, y me convocó al día siguiente a las 11 a.m., para recogerlo. Al día siguiente, llegué acompañado de mi esposa a recoger el famoso regalo, y para ello utilizamos el servicio del autobús denominado "Bicentenario" al que yo le digo VICENTE, que corre por la Av. Río Churubusco (Ahora Circuito Bicentenario) hacia aquél rumbo de la ciudad, y que en el curso del año 2010 estuvimos usando de manera regular para desplazarnos junto con las otras múltiples opciones de transporte público de esta nuestra ciudad capital, pasando por las "Combis", "Peseras", "Micros", "Metro", "Taxis", "Metrobús", etc... aunque nunca usamos los "Bicitaxis" que circulan en algunos barrios de manera regular. Cuando llegamos, me entregó una bolsa de plástico amarilla que contenía un recado que decía: "Danilo, Tere, por favor reciban esto"... Anexo a dicho recado, la factura original de un Chrysler Neón modelo 2003, y como complemento a ese y otros documentos, mi cuñado me entregó en ese momento las llaves del auto en cuestión.
¿De dónde salió el auto?
Mi hermana la menor y mi cuñado, le habían regalado ese auto a mi sobrina, y luego de un año de uso, tuvieron la oportunidad de comprarle otro de modelo más reciente en el precio en el que podrían vender el Neón, así que se dispusieron a venderlo y cuando mi hermana mayor se enteró, les pidió que se lo vendieran porque ella lo quería: "para dárnoslo a nosotros". Así lo hicieron, y para entregárnoslo, pagaron el impuesto de la tenencia de ese año, hicieron "la verificación" de ley, le cambiaron una llanta que estaba en mal estado, y me entregaron el auto en excelentes condiciones, flamante.
Querido amigo, amiga que estás leyendo este testimonio, esto sólo pasa cuando Dios es quien manda en tu vida. Sólo Dios pudo poner en el corazón de mi querida hermana el deseo de favorecernos a mí y a mi mujer con ese auto. Nadie invierte tal cantidad de dinero en algo que no vaya a disfrutar personalmente. Además, ella, aunque refinada y muy culta, no es una persona adinerada, sino una mujer mayor de 60 años que vive del trabajo que desempeña día a día como traductora, y que hace algunos años, recibió del Dios vivo, el milagro de haber sanado de cáncer.
Hoy, la semilla de la que te hablaba al principio de este relato, esa semilla V.W. 2001, se desarrolló luego de casi un año en un Chrysler Neón 2003, y recuerdo lo que el Señor nos enseña en su palabra: "...Todo lo que el hombre sembrare, éso también segará..." 
¡¡Sembré un auto, coseché un auto!! 
Como podrás ver, Dios sí respalda su palabra con hechos maravillosos.
Danilo Ovando